Cae
la noche, se abren las botellas,
Y la luna escondida entre nubes
cargadas,
Nos da la bienvenida a otra noche
agitada.
Disfraces, pelucas y mucho
maquillaje;
Música, baile y gente abundante.
Alcohol en mis venas, otra noche
de borrachera,
Me saludan, me hablan, pero mi
mente hacia otro lado viaja.
Observo perdida entre tantas
personas;
Cuando de pronto ojitos melosos,
sexy enfermera,
Por delante de mi vista borrosa
se pasea,
¿Cómo pasar por alto esa belleza?
La reconocí al instante, de lejos,
traviesa
Bailoteaba con sus amigos
mientras sonreía de oreja a oreja.
No sé en qué momento de coraje me
le acerqué,
Pero cuando por un segundo la
cordura recobré,
La tenía entre mis brazos,
besándola y riendo sin saber de qué.
Completamente muda, solo podía mirarla,
Quería decirle algunas cosas,
pero mi boca se mantenía cerrada.
Dulce y tierna todo el tiempo me
abrazaba,
Me contenía, me mimaba,
De
un lado a otro del casino me llevaba.
Me olvidé del resto, me olvidé
con quién fui,
Olvidé dónde estaba parada, olvidé
que pendientes de nosotras estaban.
Nunca me había sentido así,
Para
mí había solo una persona allí,
Me sentía niña, no paraba de sonreír,
El ridículo no importaba hacer,
Si una noche inolvidable para
nosotras iba a ser.
"Quítate la peluca, quítate
el maquillaje",
Y sin darnos cuenta se armó
guerra de agua en el baño,
Aparecieron las limpiadoras, no
duró mucho rato.
Salimos corriendo, a la terraza
de nuevo,
Sillón, nicotina, besos y algunas
mordidas.
Ella se me quejaba y yo que ya
estaba alborotada,
No controlaba mi actuar, tenía
ganas de comérmela,
De devorármela, estaba ardiendo en
llamas.
Sentimientos encontrados,
Una
niña juguetona y una vampiresa desacatada,
No
pensaba si era lo correcto, tan solo avanzaba.
Me metía en otra atmósfera,
Pretendía
jugar con el control de su figura,
El aroma de su cabello, el aroma
de su piel,
Ya los tenía memorizados de algún
tiempo atrás,
Pero me tenían completamente
atrapada,
Y cada vez más fuera de mis
cabales me encontraba.
Me miraba fijo, me ruborizaba,
Muerta de risa atontada,
imposible disimularla.
No me importaba desnudarme,
relajarme,
Mostrar mi alma abierta para que
jugara con ella toda la noche.
No tenía nada que perder,
Me
sentía libre, me dejaba ser,
Mis caras, mis gestos,
Suplantaban
mejor a las palabras con lo que estaba sintiendo.
La
pista se había vaciado,
El
amanecer nos estaba alcanzando,
Pero
ninguna quería irse a dormir.
Se
quitó los tacos, copié su procedimiento,
Y
con las últimas canciones disfrutamos del momento.
Las
luces se prendieron, las barras se cerraron,
La
gente de mantenimiento invadía el espacio.
Los
cuerpos cansados sentados en los alrededores,
Nos
seguían mirando con caras de asombrados,
Pues
sin darnos cuenta iluminábamos el lugar
Con
nuestras enormes sonrisas,
Que
no paraban de brillar.
La
música dejó de sonar,
Con
caminar agotado nos tuvimos que retirar.
Brillantina
en la cara,
Capucha
puesta porque lloviznaba,
Su
mano apoyada en mi hombro,
Sentadas
en el muro de la entrada,
Esperando
que un milagro sucediera
Para
que la noche no terminara.
Salieron
también sus amigos,
Con
un beso y un “te extrañé tanto”
Que
nunca salió de mis labios, me despedí,
Y
caminando despacio, solitaria
Bajo
las finas gotas heladas, me fui
Con
el rostro maquillado pero de felicidad,
Noche
mágica que parecía una fantasía,
Pero
fue toda una realidad.