martes, 30 de diciembre de 2014

Dolce ragazza che mi piace:

Dev'essere bello stare nel cuore di qualcuno,
Ma come se fossi la cosa più bella del mondo ti guarderò a te,
Perché l’amore é quel momento in cui miei occhi si scontrano con il tuo fascino.
Prendimi la mano e andiamo via del mondo,
Perché con te non esistere la paura.
Potrei perdermi nei tuoi occhi, e vivere nei tuo sorriso,
Passerei ore ad ascoltarti parlare,
Ma io sono qui a scrivere tutto questo con gli occhi pieni di speranza,
Mi rende più  felice oggi,
Sei una cosa bellissima, la cosa più dolce del mondo e io non voglio perderti mai.

Dime algo

Cual ángel caído espero aquí por ti,
Voy caminando sola entre tinieblas que no tienen fin.

Mientras tú revuelves sentimientos y tomas una decisión,
Vuelo entre tormentas de llantos amargos y depresión.

Tus silencios pasan sin tocar la puerta,
Que solamente a ti te espera abierta.

¡Di que si, o di que no, pero dime algo, por favor!

Hoy me dejé estar

Hoy me entregué rota por largo rato al triste desconsuelo.
Hoy me embriagué en llanto, mocos, lágrimas saladas y gritos desgarradores.
Hoy me la pasé recreando mentalmente la película de mis desilusiones.
Hoy me miré al espejo, me desprecié, me sentí fea, me sentí incomprendida, me sentí sola.
Hoy sentí vergüenza, me decepcioné de mi misma.
Hoy me sentí vacía, me sentí débil, me vi caer.
Hoy me reproché las malas decisiones.
Hoy miré el pasado no tan enterrado, metí el dedo en la llaga de nuevo.
Hoy no intenté curar mis heridas, las eché a sangrar a todas a la vez.
Hoy caminé por el túnel más oscuro, hoy me perdí por ahí durante horas sin saber cómo volver.

Todos cargamos con la pena dentro, todos creímos alguna vez en algo y luego todo de repente se vino abajo.
Pero no es malo aceptar el dolor, no es malo de vez en cuando dejarse vencer, admitir que necesitamos del encierro y del aislamiento para poder renacer, ocultarlo del resto, porque al fin y al cabo es solo nuestro.
Poder echar raíces, reconocerse a sí mismo, amigarse, volver a creer, abrir el alma, vivir la vida, amar y amar hasta la última gota.
Si no pasáramos por estas instancias jamás alcanzaríamos la plena felicidad. Porque hacen falta los opuestos, porque no existiría el cielo si no fuera por el infierno.
Y si, tal vez hoy me sienta cansada y me deje estar, pero mañana, o pasado, o el día que sea voy a levantarme victoriosa, imparable, porque como dice el dicho: "lo que no mata, fortalece".

lunes, 29 de diciembre de 2014

Las cosas que más me gustan

Me gusta la luz del sol,
Me gusta el tintinear de las estrellas,
Me gusta la suave brisa que hace sacudir mi cabello,
Pero más me gusta tu risa.

Me gusta la transparencia del agua,
Me gusta el romper de las olas,
Me gusta lo profundo de la mar,
Pero más me gusta tu mirar.

Me gustan los pétalos de las flores,
Me gustan sus variados colores,
Me gusta el dulce néctar de la miel,
Pero más me gusta tu piel.

Muchas cosas me gustan,
A la vez pequeñas y grandiosas,
Pero hasta la más magnífica obra de la naturaleza,
Queda opacada ante tu majestuosa presencia.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Viven en mis pupilas

Viven en mis pupilas las imágenes
De la última vez que te vi,
De tus cabellos dorados alborotados,
De tus ojos marrones alimonados que estaban irritados.

Viven en mis pupilas las imágenes
De la última vez que te vi,
De tu boca rosada en la mía,
De tus manos frías en mi cuello caliente midiendo la valentía.

Viven en mis pupilas las imágenes
De la última vez que te vi,
De tu nariz jugando a rozarse con la mía,
De tus abrazos que como imanes a tu cuerpo me fijan.

Viven en mis pupilas las imágenes
De la última vez que te vi,
De tu sonrisa siempre brillante,
De la espontaneidad de tu alma libre delirante.

Y te juro, amor mío, que muero de nostalgia,
Que se retuercen en mi vientre las mariposas ansiosas,
De que mis pupilas vuelvan a besarse dulcemente con las tuyas,
Porque cuando se produce ese encuentro el resto desaparece,
Porque hasta a mi boca silenciosa se le escapa decir que te quiere.

Y es que viven en mis pupilas las imágenes
De la última vez que te vi,
De la mujer más cautivante que conocí,
De la que me trae loca hipnotizada, viviendo en un constante frenesí.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Cactus

Siento que me han crecido espinas por todo el cuerpo, y yo me aíslo y me encierro a llorar solo.
Es preferible vivir el dolor con uno mismo, que permitir que te abracen y pinchar a alguien.

jueves, 18 de diciembre de 2014

El Muelle

Observo las luces que se reflejan en el agua, bailan al ritmo del bajo oleaje e iluminan la calma del mar, que se mece suavemente, y a mí me envuelve de paz.

Siento el repicar de unas gotas que caen rodando de mi pie, volviendo al lugar de donde las tomé, creando ondas de movimiento, formando circunferencias perfectas, haciendo tintinear el reflejo de las luces de los candelabros que están en la orilla.

Placeres de la noche; brisa, estrellas, misterios y sombras.

Tu piel pálida bajo la mirada de la luna, tu vestido blanco transparentado, tus cabellos levemente ondulados apoyados en mi falda, mis dedos protectores rodando por tus labios acaramelados.

Olor a madera mojada, canta un grillo a lo lejos, es todo lo que tenemos, en medio de la nada, no necesitamos más, el lugar donde se unen esta madrugada nuestras almas.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

¿Qué es?

Es esa sonrisa la que me vuelve completamente loca,
Son esas carcajadas fuertes y esa voz chillona.

Es esa dulzura de tus labios la que me enciende,
Son tus tibios roces y la marca de tus dientes.

¿Cómo no morir de amor, princesa,
Si son tus besos que diluyen mi tristeza,
Que embriagan mi cuerpo,
Y llenan mi alma de fortaleza?

Es ese vestido corto el que mi corazón acelera,
Son tus pequeñas manos y el vaivén de tus caderas.

Es ese fuego de tu mirar el que me alborota,
Son tus pestañas negras y el olor de tu piel porosa.

¿Cómo no mirar a esos ojos, belleza,
Si son dos soles brillosos,
Que iluminan mi sendero,
Y relucen suma pureza?

Es esa seductora silueta la que me envuelve,
Son tus mejillas rosa y tu vientre que a mi tacto florece.

Es esa suave ternura la que me descoloca,
Son tus abrazos fuertes y tu poesía grandiosa.

¿Cómo no tenerte siempre presente, preciosa,
Si de halagos emborrachas mis sentidos,
Que amanecen entre tinta, papeles, y prosa,
Intentando plasmar todo lo que por dentro provocas?

Eres tú, soy yo, es lo que quieras que seamos,
Es lo mucho que te extraño si no estás a mi lado.

Eres tú, soy yo, es como quieras llamarlo,
Es lo mucho que te quiero cuando estamos mano a mano.

martes, 16 de diciembre de 2014

Mi Guía

Qué lindo es tu cálido abrazo.
Qué lindos son esos ojos celestes que me miran con tanto amor.
Se sienten protectores, se sienten contenedores,
Se sienten merecedores de toda mi admiración.

Qué buena es tu sabiduría.
Qué buenas son tus palabras.
En ellas encuentro regocijo, en ellas encuentro la calma,
En ellas me siento comprendida y me veo reflejada.

Cada vez que me pierdo,
Eres tú quien llega a mi encuentro,
Cada vez que suelto una lágrima,
Ahí estás tú para devolverme el aliento.

Y no sé qué me depara esta vida,
Solo sé que tengo la suerte de tener el mejor guía.

La Casa Abandonada

Me he quedado varado,
Intentando hacer memoria,
En vilo, con la mente viajando,
Pensando en qué preciso momento fue
Que te adueñaste de este vagabundo tirano.
Fue entonces cuando visualicé una casa,
Una triste casa abandonada,
Muy deteriorada,
Llena de hendiduras, sin pintura,
Perdida en un seco bosque,
Y totalmente deshabitada.
Una noche helada,
Una gran tormenta se avecinaba,
¡Oh, esa maldita tormenta!
Terminaría devastando la poca cosa que en pie quedaba.
La lluvia se desató con furia,
Todo se iba inundando,
El agua rápidamente iba penetrando
Por grietas, rajaduras y huecos.
La humedad se iba filtrando por las paredes,
Trepaba hasta los dinteles de las puertas.
El viento iba arrastrando todo a su paso,
Volando las chapas del techo,
Ni la mampostería estaba ya resistiendo.
Conforme fueron pasando los días,
Un sol radiante iluminaba las ruinas,
Más en lugar de ser todo un desastre,
El bosque y la casa recobraron la vida,
Las copas de los árboles se cubrieron de hermosas hojas,
Los rosales florecieron,
Las plantas dieron sus frutos,
Se pobló de animales, de insectos,
Todo en su entorno se volvió paradisíaco.
Y pues así me siento yo, mi princesa,
Cuando me pongo a pensar en la aparición,
En mis días de tu bella presencia.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Cuando te veo #1

Nadie sabe que dejo millones de besos en tus ojos cada vez que te veo, ni siquiera tú misma estás enterada.
Es por eso que al mirarte me tiembla el cuerpo entero, es de miedo a que notes que por ti me muero.
La otra noche, tus ojos le preguntaron a los míos si eran tuyos, y mi alma buchona les respondió que sí.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

A Mike, mi hermano de alma:

La vida me ha dado un hermano,
Más no de sangre, sino de alma.
Conozco desde hace años a este jovencito,
Con quién supimos ser cómplices de alguna que otra travesura de pequeñitos.
Pasaron los años y nos perdimos el rastro.
Pero ya crecidos nos reencontramos bailando,
Bajo la luz de la luna llena en alguno de nuestros antros.
Hoy es mi fiel compañero,
Y sé que puedo llegar hasta la China si camino de su lado,
Tan solo por tener una larga charla y poder compartir un helado.
Consejos, opiniones, siempre tiene que ofrecer,
Libre, sencillo y sensato hombre sabe ser,
Buen oído, buena onda y divertido,
Un soñador extrovertido,
Valiente, fuerte y emprendedor,
Cariñoso, curioso y muy encantador.
No cualquiera encuentra tan preciado tesoro,
Es por eso que lo cuido, es por eso que lo adoro.
Risas, llantos, de todo nos ha dado esta vida,
Y disfruto tanto de tu compañía,
Que no existen palabras de agradecimiento,
Que describan tan grande sentimiento,
De tenerte a mi lado siempre presente,
En las buenas y en las malas,
Contar con tu presencia y esos abrazos tan fuertes.
Nunca me faltes, mi hermano, mi amigo,
No hay nada más lindo que compartir todos estos momentos contigo.

sábado, 29 de noviembre de 2014

La visión de las cosas

Cuántas noches subo a la azotea, me recuesto al mismo muro, y miro al cielo pensando: ¡Carajo! Siempre el edificio de al lado me tapa gran parte de la vista al cielo.
Cuando de repente esta noche, con un Johnnie y un Marlboro en mano, la capucha puesta y la brisa acariciando mi cara, los ojos cerrados y cantando canciones al viento, me tiendo en horizontal, y quedo con mi vista hacia la otra dirección.
Cuando abro los ojos me pregunto: ¿Por qué nunca miré para el otro lado? Siempre dándole la espalda a lo que en realidad estaba buscando.
A veces las cosas están a nuestro al rededor y ni siquiera nos percatamos, porque nos quedamos con la visión de siempre, a la que estamos acostumbrados, en vez de estar girando y buscando nuevos caminos, diferentes puntos de vista.
Me quedé dormitando, sonriendo, mientras contaba estrellas en la oscuridad...

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Mi Musa

Descubrí a mi musa hace ya algún tiempo.
Es una joven bella y profunda, con ojitos de sol,
Y una mirada cautiva que me hace al segundo perder la razón.
Me gusta buscar mi reflejo en sus pupilas,
Con ella logro ver el lado divertido de la vida.
¡No entiendo qué hace!
Río a carcajadas por el medio de la calle.
La gente mira extraño,
Me enfado y desenfado,
Es todo muy momentáneo.
La dejo, la ignoro, sigo con mi paso hacia adelante,
Vuelvo, la espero, y corro detrás de ella sonriendo.
Me siento un niño pequeño,
La observo con admiración todo el tiempo.
Trato a veces de ponerme distante,
Pero de nuevo el brillo de sus ojos me atrae al instante,
Y comienza a latir intenso mi corazón galopante.
Camina a mi lado,
Algunas veces toma sorpresivamente mi mano,
Y yo tratando de disimular mis ganas de saltar y brincar,
Quedo medio inmóvil, incluso paralizado, sonriendo medio abombado,
Sintiendo a mi cuerpo elevarse velozmente y  quedarse en el aire, como nube flotando.
Mi musa es detallista,
Escribe, rima, hace frases con mi risa;
Descubre mi alma, poco a poco, sin prisas
La ablanda, con su dulzura la va moldeando a su antojo, es mi perdición,
Tiene la llave que quizás abra el cerrojo de mi corazón.
Mi cuerpo es todo un alboroto,
La vida se viste de colores radiantes y fogosos.
Le pone alegría a las cosas comunes del día a día,
Imagina historias, les da vida, se pone payasa,
Juguetona, me hace caras graciosas,
Y a mí me estallan enseguida las carcajadas bobonas.
Si sostengo su mirada con la mía no lo dudo,
La sigo a cualquier parte,
Lo que sea con tal de un segundo más a su lado,
De su alegre compañía,
De su dulce melodía,
De sus carnosos labios de mi fantasía,
De sostener su espalda tibia contrastante con mis manos frías,
¿Qué es lo que está haciendo?
Mi musa en forma de mujer me está tentando,
Me está llevando detrás suyo hacia el deseo,
A un mundo donde todo es poesía y encanto.
Mi musa: No te frenes ahora,
Que nadie nos corre, nadie nos apura,
Vamos a paso tranquilo, pero a paso asegurado.
Déjame reposar en tu pecho,
Y sentir la libertad de ir y venir,
De buscarnos cuando queramos,
Sin sentirnos por ningún motivo presionados,
Que el corazón brilla más cuando vuela libre
Y regresa solo a donde se siente contenido,
Protegido y querido,
Sin ser un entrometido.
Bailemos esta danza de la vida,
A veces por separado, otras veces en sintonía,
Sin lastimarnos, sin herirnos,
Simplemente acompañándonos en el camino,
Disfrutando de tu tacto con el mío,
Haciéndonos reír aún en los bordes del abismo.
Siento anhelos de crecer a tu lado,
De admirar con respeto tu pensamiento,
De respirar de tu aliento y nutrirme de tu conocimiento.
De recorrer tus rincones,
Aprender de los errores,
Estar cuando me necesites,
Cuando quieras un buen oyente, un consejo,
Un abrazo, un cariño, un apoyo.
Regalarte flores, poemas,
Dedicarte románticas canciones.
Si no le parece imprudente la idea,
Entonces abriré las puertas de mi alma,
Para que venga a posarse cuando quiera,
Y entregarle lo que tengo,
Con entusiasmo, con esmero,
La espero, con la sonrisa de siempre,
Que se debe a mi musa,
Mi musa en forma de mujer,
La que me altera, me enloquece,
Y me hace quererla cerca mío para siempre.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Cobarde

Ramo de rosas en mano y mil poemas nunca entregados.
Parecía sencillo, su destino estaba enfrente. Cuestión de pasos, unos pocos segundos.
Apenas la separación de una vieja calle de adoquines.
Calle que no era como cualquier otra de la ciudad. Pues del otro lado, estaba la fachada amarilla, de ventanas con postigones abiertos y puerta de madera con vidrio, donde detrás se encontraba ella.
Autos y camiones pasaban en varias direcciones, cada tanto el camino estaba libre, podía cruzar si quería.
Sonaba simple, el primer paso, luego otro y otro e ir acortando distancias.
Pero él se mantenía quieto, inmóvil en el mismo lugar, la brisa jugaba con su cabello, tenía la sensación de haber cambiado sus pies por yunques de hierro.
Delante de sus ojos, los minutos iban pasando y el otro lado de la calle parecía hacerse aún más distante, como si hubiera una relación entre el tiempo y la distancia.
En ese momento por la vereda de enfrente lo vio venir. Por supuesto que lo conocía, alto, esbelto, de sonrisa perfecta, todo pintoresco.
Se detuvo, llamó a la puerta y allí la pudo ver. Entraron juntos y la puerta se cerró.
Si se hubiera animado a cruzar antes la maldita calle...
Pero no siempre lo que parece ser tan fácil resulta serlo, ¿o es uno mismo quien se encarga de convertirlo en algo difícil?
Se dio media vuelta, tiró todo en un basurero y se marchó.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Las Miradas

¡Cuántas cosas hay por detrás de una simple mirada!
Intenciones, pensamientos, infinidad de sentimientos.
Algunas veces escondemos algo,
Con un solo instante basta,
La maldita mirada todo lo delata;
Cuando escondemos dolor, cuando escondemos amor.
La mirada es sincera, la mirada revela,
Tiene conexión directa con el alma.
Las miradas dicen, las miradas hablan,
Son lenguaje universal,
Todos las pueden a su manera interpretar.
Y cuando se conectan unas con otras,
¡Qué increíble experiencia!
Se nutren de tantas cosas;
A veces alegres, a veces tristonas,
A veces sonrientes, a veces lloronas.
A veces abrazan, otras abofetean;
A veces extienden los brazos, otras empujan para afuera.
¡Si serán poderosas!
Nos dejan al descubierto,
Son como un libro abierto,
Del cuál cualquiera puede leer,
Pero de cada uno depende,
Lo que se pueda llegar a entender.

martes, 18 de noviembre de 2014

Mujer Ausente

Fría, congelada,
Un poste parado sin gracia.
En movimiento por los empujones ajenos,
De cuerpo presente y mente pausada.

Corazón hundido,
Tantea y no lo encuentra ¡lo ha perdido!
Lágrimas saladas le estallan,
Se posan en las comisuras de sus labios y los callan.

Palabras que carecen de sentido,
Camina hacia adelante por simple compromiso.
Secretos escondidos,
De los que te dejan la noche entera en vilo...

lunes, 10 de noviembre de 2014

Mar y Viento

Yo soy mar calmo,
Tan calmo que soy espejo,
Duplico estrellas, duplico cielo.

Tú eres viento,
A veces suave brisa de verano,
A veces fuerte viento de invierno.

Pasas resoplando con dulzura,
Interrumpiendo mi quietud,
Susurrando palabras bajito,
Haciendo subir la marea de mi inspiración.

Tú eres viento,
Viento que acaricia y la piel eriza,
Viento sediento que va directo al agua que mi corazón le brinda.

Ahora yo soy mar alborotado,
Tan alborotado que hago olas por todos lados,
Olas que pueden alcanzar el cielo solo si tú estás a mi lado.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Noche Halloweenesca

Cae la noche, se abren las botellas,
Y la luna escondida entre nubes cargadas,
Nos da la bienvenida a otra noche agitada.
Disfraces, pelucas y mucho maquillaje;
Música, baile y gente abundante.
Alcohol en mis venas, otra noche de borrachera,
Me saludan, me hablan, pero mi mente hacia otro lado viaja.
Observo perdida entre tantas personas;
Cuando de pronto ojitos melosos, sexy enfermera,
Por delante de mi vista borrosa se pasea,
¿Cómo pasar por alto esa belleza?
La reconocí al instante, de lejos, traviesa
Bailoteaba con sus amigos mientras sonreía de oreja a oreja.
No sé en qué momento de coraje me le acerqué,
Pero cuando por un segundo la cordura recobré,
La tenía entre mis brazos, besándola y riendo sin saber de qué.
Completamente muda, solo podía mirarla,
Quería decirle algunas cosas, pero mi boca se mantenía cerrada.
Dulce y tierna todo el tiempo me abrazaba,
Me contenía, me mimaba,
De un lado a otro del casino me llevaba.
Me olvidé del resto, me olvidé con quién fui,
Olvidé dónde estaba parada, olvidé que pendientes de nosotras estaban.
Nunca me había sentido así,
Para mí había solo una persona allí,
Me sentía niña, no paraba de sonreír,
El ridículo no importaba hacer,
Si una noche inolvidable para nosotras iba a ser.
"Quítate la peluca, quítate el maquillaje",
Y sin darnos cuenta se armó guerra de agua en el baño,
Aparecieron las limpiadoras, no duró mucho rato.
Salimos corriendo, a la terraza de nuevo,
Sillón, nicotina, besos y algunas mordidas.
Ella se me quejaba y yo que ya estaba alborotada,
No controlaba mi actuar, tenía ganas de comérmela,
De devorármela, estaba ardiendo en llamas.
Sentimientos encontrados,
Una niña juguetona y una vampiresa desacatada,
No pensaba si era lo correcto, tan solo avanzaba.
Me metía en otra atmósfera,
Pretendía jugar con el control de su figura,
El aroma de su cabello, el aroma de su piel,
Ya los tenía memorizados de algún tiempo atrás,
Pero me tenían completamente atrapada,
Y cada vez más fuera de mis cabales me encontraba.
Me miraba fijo, me ruborizaba,
Muerta de risa atontada, imposible disimularla.
No me importaba desnudarme, relajarme,
Mostrar mi alma abierta para que jugara con ella toda la noche.
No tenía nada que perder,
Me sentía libre, me dejaba ser,
Mis caras, mis gestos,
Suplantaban mejor a las palabras con lo que estaba sintiendo.
La pista se había vaciado,
El amanecer nos estaba alcanzando,
Pero ninguna quería irse a dormir.
Se quitó los tacos, copié su procedimiento,
Y con las últimas canciones disfrutamos del momento.
Las luces se prendieron, las barras se cerraron,
La gente de mantenimiento invadía el espacio.
Los cuerpos cansados sentados en los alrededores,
Nos seguían mirando con caras de asombrados,
Pues sin darnos cuenta iluminábamos el lugar
Con nuestras enormes sonrisas,
Que no paraban de brillar.
La música dejó de sonar,
Con caminar agotado nos tuvimos que retirar.
Brillantina en la cara,
Capucha puesta porque lloviznaba,
Su mano apoyada en mi hombro,
Sentadas en el muro de la entrada,
Esperando que un milagro sucediera
Para que la noche no terminara.
Salieron también sus amigos,
Con un beso y un “te extrañé tanto”
Que nunca salió de mis labios, me despedí,
Y caminando despacio, solitaria
Bajo las finas gotas heladas, me fui
Con el rostro maquillado pero de felicidad,
Noche mágica que parecía una fantasía,
Pero fue toda una realidad.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Ojos de Diamante

Yo no quería que esto pasara,
Pero inevitablemente se chocaron nuestras miradas.
Algo extraño en ese momento sucedió.
Descubrí que tus ojos eran como dos grandes diamantes,
Y en ellos podía ver mi reflejo en infinitas fases.
Fue entonces que quedé sumergida en un mar de sensaciones.
Me recosté a tu lado, pensante,
Sin mover mis ojos de los tuyos, distante.
Te observé detenidamente,
Detalle a detalle,
Milímetro a milímetro,
Desde lejos, sin apuro,
No quería intoxicarme.
Pero no me dejaste otra opción,
Ya era muy tarde para el corazón.
Tomé tus manos,
Suavemente, y a lo oscuro.
Tuve que perderme en tus brillantes faros,
Ellos me ganaron en menos de un segundo,
Encendidos como llamas en la sombría noche me iluminaron,
De mi mente y de mi cuerpo rápidamente se adueñaron,
Sin pedir permiso ellos me secuestraron.
Evitarlos varias veces yo intenté,
Pero perdida desde hace un tiempo me entregué.
Son mi rincón favorito de tu ser,
Donde consigo resguardo,
Donde me duermo, me pierdo,
Me encuentro y despierto,
Donde me ahogo y renazco.
Los únicos culpables de mi maldito naufragio,
Un par de ojitos dulces, tímidos, titilantes;
Cambiantes, pícaros, navegantes;
Temerosos, traviesos, atrapantes;
Que me invitan siempre en su lecho a quedarme,
Más siempre eligen al final lastimarme,
Con sus filosos bordes me desgarran en pedazos,
Y yo me voy desangrando,
Paso a paso,
Poco a poco,
Mis débiles latidos piden ayuda,
¡Socorro!
Un abrazo, un hombro,
Alguien que me rescate,
Que se lleve a ese monstruo,
Ojos de Diamante,
Que me trae como vagabundo errante,
Caminando vacía bajo la tormenta helante,
Débil, triste y abatida,
No te quiero más en mis días,
Aléjate antes de que sea tarde,
Y apagues de un solo soplido,
La tenue lucecita que me queda encendida,
Que me mantiene con vida,
Al menos por este instante.

La Seductora Propuesta

Quemémonos en la hoguera,
Y hundámonos en una pasión eterna.
Se ha vuelto una tortura el no tenerte,
Que debe acabarse ya mismo
Y de forma permanente.
Que las llamas consuman nuestros cuerpos desnudos,
Mientras hacemos el amor.
Nos fundiremos en el fuego ardiente,
Despacio, lentamente,
Nos haremos uno en el dolor.
Ven esta noche a mi casa,
Te he preparado una romántica velada.
Comenzaré por enredarte en mis versos,
Y los soltaré todos juntos en tu entrepierna mojada.
Más que una súplica es una simple invitación,
Sé muy bien que tú también quieres,
No te demores más y entrégate a mi calor.
Ven que aquí estoy soñando con tu cuerpo y tu sudor.
Mandaremos nuestras almas al infierno,
Iluminaremos todo el interior.
Dejaré la marca de mis finos labios
Erizándote hasta el más pequeño poro de tu dulce piel,
Te acariciaré suavemente hasta hacerte estremecer.
Quiero ver en tu rostro todas las reacciones de placer.
Te recorreré hasta el último recoveco,
Llegaré hasta tu hundido ombligo,
Seguiré hacia abajo y me embriagaré de tu sexo divino.
Nos desnudaremos por completo,
Desde la ropa hasta los huesos.
Haremos todo lo que tú quieras,
Solo acepta mi seductora propuesta.

Luego de tu retirada

Te extraño en silencio, te busco en los recuerdos.
Te encuentro en la tinta que corre por el papel en blanco, al igual que lo hacían mis manos sobre tu cuerpo pálido.
Sigo sintiendo el efecto de tu magia, las puñaladas en la panza cuando de la nada, pero esperándote, apareces fugazmente y me hablas.
Todo vuelve al mismo círculo vicioso de la discusión, no retrocede ni avanza, se queda estancado en el mismo lugar.
Ahora ni siquiera me diriges la palabra, me has borrado de tu vida y yo he quedado incomunicada.
Voy de un lado a otro desorientada, llena de todo eso que fuiste creando dentro de mí, pero nunca podré gastarlo en otro, y al parecer ahora tampoco en ti.
Me pregunto: ¿Qué hago con esas cosas? ¿Hay acaso un contenedor, un recipiente, donde depositar los sentimientos?
Pues quiero encontrar uno de esos y dejar los míos por ti, mujer.
Intento hablarte pero entonces mis cuerdas vocales se desgarran y ya no sé qué decir. Siento que ya no tiene sentido insistir.
Simulo que todo está bien, me maquillo, me monto en mis tacones y la larga noche de drogas y alcohol me espera.
¿Pero es que ni siquiera queriéndome salir de la realidad te me despegas?
Lo único que consigo es recordarte más, y nombrarte y quejarme, y putear a la vida preguntando qué tendría que haber hecho o dicho para que eligieras quedarte conmigo.
¡Mierda!

A Fernando, mi papá:

Nuestras almas atrapadas se encontraron en este laberinto lleno de emociones llamado vida.
Siempre unidos, siempre explorando, siempre sintiendo, siempre observando.
A veces discutiendo, a veces peleando, más siempre hacia adelante caminando juntos vamos.
Dulce mirada, ojitos claros, en el brillo de sus faros me veo reflejada.
Finos labios, iguales los míos, mil historias han de contar; risas, lágrimas y algunas cosas más.
Espontánea sonrisa siempre me brinda, alegrándome la vida aún en la más profunda tristeza.
Fuertes brazos, en ellos me contiene, de los de ojos cerrados, con un abrazo apretado viene.
Alma de niño, rodeado siempre está, saltando, jugando y hasta revolcándose en el piso lo verás.
Sabias palabras, pues muy inteligente es, consejos ante la duda siempre tiene por doquier.
Padre ejemplar, todo por sus hijos da, aunque cansado pueda estar, sin cesar a trabajar va.
Hombre sensible si los hay, si adentro tiene una lágrima, entonces no se la guardará.
Retrocedo en el tiempo cuando desprotegida me siento, y siempre aparece su imagen, quien por sobre todas las cosas ha cuidado de mi en todo momento.
Mi héroe preferido es, aunque de superpoderes carece, relleno de dulce de leche y cariño de sobra tiene.
De pequeña cuentos de princesas me relataba, incluso me disfrazaba y todo un palacete color de rosa me recreaba.
Hija orgullosa soy, siempre se muestra fuerte y lucha por lo que quiere, no baja los brazos, ni se rinde fácilmente.
Cada vez que tropiezo, con su mano tendida me encuentro, para ayudar a levantarme y las heridas abiertas curarme.
Siempre me acompaña en sentimiento, es mi más preciado tesoro, y es por eso que hoy le brindo un agradecimiento,
Al mejor padre del mundo con el corazón a pleno abierto, por la felicidad de un día más tenerlo a mi lado y juntos por el camino de la vida transitar.

Intimidante

Me pierdo en tu mirada, me gustan tus ojos,
Me cohíben y hasta por momentos sintiéndome observada me sonrojo.
Aún así no puedo dejar de admirarlos, son una belleza.
Son como algún tipo de droga, un alucinógeno de pureza.
Me dan ganas de volverme adicta, ellos me incitan,
Si en mi se fijan, hasta los pálpitos del corazón se agitan.
Me encuentro recordándolos en reiteradas ocasiones,
Sueño que me atrapan y no puedo salir de sus inmediaciones.
Podrían arrinconarme si distraída caminando de repente me apresan,
Tienen ese poder que a cualquier ser humano embelesa.
Revélame esta noche el secreto de tus almendrados ojos, princesa.

Aún no

          Allí estábamos, sentados en la mesita para dos del lugar de siempre, de rostros enfrentados.

          Ni siquiera podía sostenerle la mirada, porque el café de sus ojos me mataba, ni siquiera dejaba que hablara porque sus palabras de poeta enmudecían mi voz.

          Seguía observándome esperando que dijera alguna palabra, incluso juro que estaría pensando que tal vez se trataba de una broma.

          Arrugaba la nariz y yo me volvía loco, quería tener esa mirada conmigo, todas las horas del día, su sonrisa junto a la mía.

          En los momentos en que estábamos juntos resultábamos felices, incluso sin atrevernos a serlo.

          De repente suspendió su tenue sonrisa preguntándose la razón de mi indiferencia.

          "Aún no es el momento para enamorarnos", solté entonces.

          Ella en cambio, estupefacta, dijo que sí lo era, que ahora ya era tarde para decir algo así, pero le contesté que aún no quería ser su amor.

          Somos jóvenes, puede cambiarme por alguien más.

          Ella no me entendía, entonces le expliqué:
"Quiero ser tu último amor, quiero amarte hasta morir, por eso aún no debemos estar juntos, puedes olvidarme, puede gustarte alguien más, puedes romper en pedazos mi corazón, ya tienes ese poder. Así que te dejo con tu libertad, para que salgas al mundo y conozcas otras personas, para que rías y llores, para que hagas todo lo que quieras, para que seas feliz y vivas la vida como siempre deseaste y no te quedes con las ganas o curiosidades de nada, porque el día que estés conmigo, entonces a partir de ese momento, será para toda la vida..."

          Ella estaba boquiabierta, a mí se me llenaron los ojos de lágrimas.

          No sabía qué más hacer, ninguno hablaba, así que me incorporé.
Me rogó que esperara, que tenía muchas cosas para decirme, pero antes que pudiera decir nada huí como buen cobarde que soy.

          La besé en la mejilla, largo y profundo, para que nunca me olvidara, el beso más dulce e inocente que jamás hubiera podido llegar a dar alguna vez en mi vida, y bajé las escaleras corriendo tan rápido como me era posible, de forma que si lo intentara no pudiera alcanzarme.

Ella

Me altera, me abraza.  
Me hace adicta, me atrapa.  
Me vuelve loca, me calma.   
Me hace sentir deseo, me capta.   
Me toma de la mano, me pausa.   
Me besa en los labios, me sana.  
  
¿Qué es lo que la seductora señorita hizo?  
Sus ojos marrón-cobrizos me han dado un hechizo.  
   
Si me mira fijo, me sonrojo.  
Si me sonríe entonces, me aflojo.  
Si la tengo cerca, me ahogo.  
Si me dice cosas bonitas, me descompongo. 
Si apenas me roza, ya me alboroto.  
Si me diera una oportunidad, ni loca la ignoro. 

Pero mi dama de cristal huye 
Y me deja en una nube confusa de emociones. 
Solo la tengo en mi memoria 
Y cuando abro los ojos todo se desmorona. 

¿Pensará en mí? 
¿Recordará mi nombre? 
La princesa ojos marrón-cobrizos 
No creo que sea muy cociente de lo que hizo 
Aquel día que nos conocimos. 

Le pediré ayuda a las estrellas, 
Y así en sus noches de vela 
Me tenga presente en los pies de su cama 
La acompañe en sus penas amargas, 
Y se acurruque en mi pecho,  
Con un beso infinito 
A soñar para siempre con mi sueño bonito. 

domingo, 28 de septiembre de 2014

Prisioneras

          Esa mujer ha logrado lo imposible.
Puedo observarla a la distancia, rodeada de la nube de gris humo que desprende el cigarrillo posado en sus carnosos y rojos labios de mi infierno.
Ansío ser ese cruel asesino que tanto saborea.

          La miro... ¿Qué puedo yo hacer con un alma entre rejas que tiene la puerta abierta, pero le tiene miedo a volar? Parece que una cruel mujer antes arrugó su sonrisa y entonces ya no quiere querer.

          Lo supe todo desde el primer momento en que mi mirada se topó con la suya.
Tiene de esos ojos que son los que evitas cruzarte, de los que te atraviesan cual sacudida eléctrica y te dejan paralizada mientras el cosquilleo recorre tu cuerpo.
Aquellos ojos que te cortan la respiración y hacen galopar hasta a los más sumisos pálpitos del corazón, los que ponen el tiempo en cámara lenta.
Una mirada de las que congelan el alma y elevan los pies del suelo, de esas que te vuelven tonta en menos de un pestañeo.

          He soñado con quedarme incrustada en sus nudillos, en sus clavículas, en su columna o en su cadera, en cualquier lugar puntiagudo de su cuerpo donde pueda quedarme clavada por toda la eternidad.

          Su sonrisa, colocada estratégicamente en su rostro, que alza sus pómulos al infinito y los convierte en tono rosa contrastante con su blanca piel es maravillosa.
La miro y los rayos aterrizan justo en mi espalda, los truenos estallan en mi garganta, enmudezco.

          Así es ella, transparente como el agua y misteriosa cuando habla. No se sabe si ama las palabras o escupe la parte más oscura del alma buscando quién la recomponga.

          Camina o tal vez es su sombra la que lo hace y ella la sigue, no piensa en más nada que en sí misma, se mueve sin sentir nada porque solo existe para ella, solo la mueve el viento, solo siente el frío, porque está fría por dentro, escarchada, totalmente congelada. Intento descongelarla y parece que de a poco lo logro, pero al rato todo vuelve a empezar y así una y otra vez. A veces es desgastante, se me están terminando los comodines y no sé si seré capaz de salvarla, aunque es lo que más quiero.

          Solo vive en mi mente y me estoy hundiendo con ella, se convirtió en mi mayor peligro.
Me confesó todos sus defectos, me leyó lo peor de su alma, me abrió su realidad y al final solo preguntó: "¿Te gusto ahora?". Pues solo pude enmudecer y asentir con la cabeza, porque aun conociendo su oscuridad estoy dejándome hundir en la arena movediza de su ser.

          No sé en dónde estoy parada, ni qué es lo que debo hacer, solo sé que quiero más, y si ese es el infierno entonces quiero echarme a arder, ya estoy bañada en gasolina. Al fin y al cabo es mi suicida favorita y me encanta, me gusta hasta el dolor que hay en ella, sus ojos son mi prisión ahora, está tatuada en mi retina. Le temía a la oscuridad a pesar de que era mi amiga, ahora vivo con ella y me ha hecho más fuerte.

          Ella no me pertenece. Yo no le pertenezco. Solo quiero compartir un pedacito de mis sueños con ella. Tengo un mundo en mi mente, cierro mis ojos y lo siento real, quiero que sea partícipe de él.

          Tiene razón cuando dice que veo mal, ya no puedo verla, me estoy quedando ciega, porque no hay otros faros que en este momento logren iluminar mi camino a seguir, me he quedado varada.

          Fuimos condenadas a esta historia, aquí estoy bebiéndome los restos de otro whisky, arrastrándome como las culebras, dejando pasar las horas, acompañada de su lejano recuerdo. Puedo sentirla, la siento ahora, está acabada, pero vino conmigo alguna vez y ahora su tristeza se hizo mía.

          Anoche mientras dormía pude escucharla venir y susurrarme al oído: "Matarás y morirás por la chica oscura, tu suicida favorita. Ven, agárrame fuerte, tócame, hazme tuya por siempre..."
Y luego como siempre, con los primeros rastros de luz de la mañana su figura se desvaneció en el aire.

          Mi inspiración flota a estas alturas, ya no sé si es por ella, por mi locura, o por mi infinita imaginación. No quiero más sentimientos tapados, de los que se guardan y se lapidan, pero nunca mueren. No se puede sepultar un sentimiento tan poderoso. Y aquí me encuentro, abriendo mi caja secreta, la que me lleva a la dulce locura de su nombre, su cuerpo, su alma, y su facilidad para volverme descaradamente vulnerable, tímida y espectadora de tanta belleza en una sola persona.
Me siento abstraída de este mundo, oigo pero no escucho, veo pero no miro, mi cuerpo está allí abajo, pero mi mente aquí arriba.

          Ahora ella decide: ¿Se quedará ahí mirando desde la distancia, en su mundo, sola con sus cosas, o se atreverá a atravesar el umbral de los sueños? Juro que va a sufrir, prometo también que llorará, pero también aseguro que será la persona más feliz y vivirá cosas que ni siquiera se ha atrevido a imaginar.

          No escribo lo que pienso, escribo lo que siento, lo que me mueve en este momento, y eso es ella.
Soy consciente que la he encontrado a lo oscuro y flotando entre afiladas cuchillas, sé que le robaron los sueños, sé que no le han devuelto la fe para volar sin miedo entre los abismos, pero aquí la espero con todas mis cosas, para compartirlas, lo que quiera y le haga falta, para que no pierda las esperanzas y para que resurja, imparable y magistral ave, de las cenizas como el fénix. La encontré en pedacitos, hecha añicos, y sé que eso sucedió para que yo le cure las heridas.

          Pero de algo debo advertirle, tampoco estoy entera, y si va a tener miedo, entonces que no mire dentro de mí, porque estamos compuestas de lo mismo: ilusiones aniquiladas, sueños frustrados, amores putrefactos, miedos de todo tipo y color. La diferencia es que me lo juego todo y sin dudarlo, de eso estoy segura.

          Ya nada podrá salvarme, pero tampoco nada podrá salvarla de mí...

          Si alguien la ve por ahí adviértale de mis sentimientos, que me de alguna señal, pero sobre todo, que se entere que ya somos prisioneras de este encuentro.

Pensarte en Frío

         Mujer, eres bella, lo sabes. Aunque te haces la distraída, para que te lo repitan una y otra vez.

         Está bien, es la verdad y yo jamás me cansaría de hacerlo, te lo repetiría cada segundo a tu lado si fuera necesario.

         Pero aún te falta, te falta mucho. A todos nos falta, pero tú, a diferencia del resto, reluces de misterio.

         Un misterio que me atrapa, todo lo que se esconde por detrás de esa cálida y hermosa sonrisa me llama, nada me gusta más que saber que alguna que otra vez se te han escapado un par de esas por mi causa.

         Me atrapan tus escondites, tus líneas, tus curvas, tus pozos, tus recovecos, tus idas y vueltas, tu mente, tus debilidades, tus juegos, tu pasado, presente y futuro.

         Me atrapan tus aciertos y errores, tus rechazos, tus discusiones, tus depresiones y angustias, tus malos pensamientos, tu cansancio, tus esperanzas y anhelos, tus buenos momentos.

         Me atrapa tu poder, tu encierro, tu cielo y tu infierno, tu cabello largo, negro y rojizo, apenas ondulado, tus manos, tus dedos, tus uñas pintadas, tu aroma, tus labios, tu frente, tu nariz, tu pera, tu cuello, tus orejas llenas de caravanas, tu silueta, tu espejo, tu ropa, tu cama, tu manta.

         Me atrapan tus gestos, tus formas, tus carcajadas limpias, tus lágrimas saladas, tu intriga, tu inquietud, tu nerviosismo, tu mirada que busca complicidad, tus directas e indirectas, el aire que respiras, el suelo que pisas.

         Me atrapa tu silencio y tu palabra, tus bromas, tus hazañas, tu presencia y tu ausencia, tus locuras, tu pereza, tu hambre, tu sed, el color pálido de tu piel, tus miedos, tu corazón, tu vientre de miel, hasta tu dolor de cabeza, la forma en la que besas, tus mejillas cuando quedan color cereza.

         Me atrapa tu vida, que atrapó la mía.

         Pero lo que más me gusta de todo es tu mirada, esos ojos son los que me traen loca, cuando me miran y los miro y se ponen juguetones, miran hacia otro lado y yo los sigo. Me meto, me sumerjo, me embriago en ellos, me pierdo, me encuentro, me miro, te miro, nos miro.

         Pruebo sacarle la ficha al destino, pero no lo he podido. ¿Para qué te puso ahí? ¿Por qué te cruzó en mi camino? ¿Por qué no decides si me quieres o no contigo?

         He pensado y pienso mucho, no sé qué pasa por esa cabecita. La mía quedó trastornada después de las risas y las cosas dulces empalagosas ya dichas.

         Sé muy bien que cuando ya no estés conmigo y tu ilusión caduque, mis sentimientos estarán aferrados a tu todo, a mi nada, y solo tendré soledad. Pero si decides de a poco intentarlo, y quedarte en mi mundo no renegaré.

         Si prefieres volver a tu castillo, princesa, solo puedo decirte que me quedaré aquí, quietecita en el mismo lugar, tal vez parada o sentada, acostada, de cabeza, aburrida, balanceándome o sacudiendo las piernas nerviosamente, somatando los dedos sobre la mesa, rascándome la cabeza, arañándome la piel, intacta, petrificada, esperándote sola, como centinela de tus pertenencias llenas del aroma dulce de tu piel.

         Dije que intento pensarte en frío, más nunca jamás lo consigo.

El Hechizo

          Señorita, su actitud me lleva al desconcierto. Termino los días sin saber si lo nuestro será cierto. Es que ya no aguanto seguir extrañándola, me entristece terminar los días mirando sola a la luna, sin usted aquí a mi lado para tomarnos de la mano.

          Tal vez si no me hiciera mal no sabría que es amor. Me la paso sonriendo al recordarla, pero no se compara con el sentimiento al recorrerle el cuerpo cuando la tengo enfrente con la mirada.

          ¿No se dio cuenta usted que me tiene a mí hechizada? No me vaya a preguntar por qué. Detrás de todo esto hay muchas cosas que ni yo misma sé, detrás de mis miedos se esconden todos mis deseos, detrás de la cortina de mis ojos le he abierto un templo, donde todas las noches voy entregada a la Diosa a implorarle que de mi vida jamás se me escape.

          Qué bonito sería despertar con su piel blanca como el papel a mi lado y en ella escribirle mil poemas de amor con mis manos.

          Tal vez tenga que seguir mi vida así, mendigando por su atención, pero de algo estoy segura, usted no se irá libre así como así.

          Ya no sé de qué manera expresarle que me encantaría vivir en la cumbre de su pensamiento, cambiarle las lágrimas por besos y hacer de su hermoso rostro una sonrisa interminable.

          Tal vez no soy quien buscas, pero si me dieras la oportunidad, te haría la mujer más feliz. Evaporaría tus miedos y los convertiría en anhelos. No puedo ser perfecta, pero aún con mis errores podría llenarte la vida de colores.

          Tal vez jamás leas esto y si lo lees belleza, aquí estoy esperándote, sé que tienes miedo, pero si decides marcharte recuerda: no existen las casualidades, la vida quiso que nos crucemos, y si esto nos queda pendiente, la vida misma se encargará de que volvamos a vernos.

          De mientras sigo dejando que su veneno corra por todo mi cuerpo, es una dulce tortura la que me espera...

jueves, 25 de septiembre de 2014

El Pacto

          Llevaba una vida sin grandes preocupaciones. Era alocada como todas las chicas de mi edad, salía a bailar, me divertía con mis amigos, salíamos a beber, disfrutar del momento. En la facultad, no me destacaba ni llamaba la atención, pero era una buena alumna.

          Pero un día todo cambió, así de repente. El día se volvió noche, la luz oscuridad.

          Pensé que todo pasaría, que sería algo del momento, pero los días continuaban y nada cambiaba, al contrario, todo empeoraba. Mi vida se estaba volviendo monótona. Mis ganas de vivir, mi fuerza, todo se iba apagando a cada segundo que pasaba.

          Mis más valiosos recuerdos, que pensaba estarían presentes en mí con alegría se estaban transformando en filosos cristales incrustados por todo mi cuerpo, dejando llagas abiertas que no conseguían cerrarse.

          De a poco y sin darme cuenta dormía menos, tampoco tenía sueño; comía menos, tampoco tenía hambre. Todos los que me rodeaban se preocupaban por mi estado. Yo lo difuminaba en una fachada de falsedad, mentira y sarcasmo de mi real situación. Enseguida comencé a perder peso.

          Todo el tiempo reflexionaba sobre mi propia situación, sabía que no la podría seguir manteniendo por mucho más tiempo. Intentaba abrir las alas para volar, pero ellas estaban destrozadas, cada vez que las abría se quebraban como ramas secas. Cada vez caía más en un pozo donde no encontraba el fondo.

          Mis ojeras, las noches en vela, el llanto, el dolor, todos ellos formaban parte de mi rutinaria depresión. Durante el día era el turno de aparentar ante el mundo que mi vida había cambiado, que seguía siendo la chica risueña de siempre, iba a trabajar y estudiar por inercia, como si fuera un robot programado solo para eso.

          La situación me superaba, mi vida iba de mal en peor, necesitaba salir pero no descubría cómo. Tomé todas mis cosas y decidí trasladarme a otra ciudad, donde no conociera nada, donde pudiera comenzar a vivir de una forma distinta, darme una segunda oportunidad.

          Intenté salir muy rápido para que mis fantasmas quedaran atrás y no me lograran alcanzar. Me sentía tan vacía, tan hueca, las voces de mi conciencia retumbaban y hacían eco dentro de mi ser, mi vida no tenía sentido.

          El comienzo de mi nueva vida parecía funcionar maravillosamente, llegué a creer que todo había quedado en el pasado, que podía empezar de cero. Se sentía estupendo no tener que fingir mi estado de ánimo constantemente… A decir verdad solo eso fue lo que cambió, todo lo demás transcurría de la misma manera, atormentándome de recuerdos y momentos, destrozándome cada vez más.

          Caminaba por las calles y todas las personas que se cruzaban en mi camino eran sombras sin rostro, los colores eran débiles, casi que todo estaba en tonalidades grisáceas, cada día era el calco del otro, mis actividades eran exactamente las mismas siempre, salvo los fines de semana, que resultaban ser aún peores por no tener la distracción del trabajo.

          Al encontrarme superada por la situación, lejos de mi familia, de la gente que de verdad me quería tomé la decisión de acabar con todo. Abrí el nécessaire y tomé toda pastilla que iba encontrando hasta que comenzó a dolerme el estómago y me daba vueltas la cabeza. Me desmayé.

          Lo siguiente que recuerdo es una sala hospitalaria con un montón de médicos a mi alrededor, me colocaban tubos, vías, me inyectaban, movían sus cabezas de un lado al otro, como dando la negativa. Cerré mis ojos, podía sentir el frío recorriendo todo mi cuerpo. No sentía miedo. Me sentía aliviada, por fin el sufrimiento cesaría.

          Toda mi vida comenzó a pasar por delante de mí, iba recordando a todas las personas que fueron partícipes de ella, que fueron importantes. De repente quedó solo una congelada, la que había sido el motivo de mi estado, la única persona en el mundo que no quería que se enterara de lo que me estaba sucediendo. La única persona que mirándome a los ojos y diciéndome “te quiero” había logrado que entendiera el significado de la vida, ahora sin ella a mi lado no tenía sentido. La misma que hace tres meses me dijo que ya no sentía lo mismo por mí, me besó en la mejilla y se difuminó corriendo detrás de la otra.

          Ahora la que se va soy yo, no tiene vuelta atrás, hice un pacto con la muerte antes de emprender el viaje sin retorno. Me prometió que ella sería feliz por el resto de sus días, así que la seguí para sellar el pacto con mi vida, pero aunque mi cuerpo estaba tirado en esa maldita camilla de hospital, mi alma seguiría amándola toda la eternidad.