Nadie sabe que dejo millones de besos en tus ojos cada vez que te veo, ni siquiera tú misma estás enterada.
Es por eso que al mirarte me tiembla el cuerpo entero, es de miedo a que notes que por ti me muero.
La otra noche, tus ojos le preguntaron a los míos si eran tuyos, y mi alma buchona les respondió que sí.
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