Algunos dicen desnudarse ante la presencia de su amado.
Y no hablo precisamente de quitarse la ropa, sino de abrirse a ser transparente de alma, sentires y pensamientos.
Mas cuando estoy contigo más que sentirme desnuda siento que me visto de ti.
Me visto de la palidez de tu piel, me visto de las sutiles pecas de tu rostro, de algún lunar perdido que se topa ante mis ojos.
Me visto de tu mirada, sinfín de pasiones.
Me visto del Carménère de tus agrietados labios de invierno.
Me visto del aliento de las palabras que exhalas, de tu respiración cuando duermes entrecortada.
Me visto de las semejanzas y también de las diferencias, que me hacen admirarte por ser libre de pensares.
Me visto del brillante dorado de tu pelo.
Me visto de tu dulce tacto cuando está en contacto con mi cuerpo.
Y me miras y me siento afortunada, me abrazas y me siento contenida, me das la mano y me siento acompañada.
Soy cada vez menos la temerosa de antes, soy cada vez más yo misma, únicamente con tus vestiduras abrigándome.
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