La mesa de torneo está preparada,
Nos disponemos por separado a participar de la misma jugada.
Identidades protegidas bajo el anonimato de una cuenta,
Sin importar el sexo, la edad o la procedencia.
Todo listo en el lobby principal,
Los postulantes el ticket deben ingresar.
Hold'em sin límite será la partida,
En el centro la baraja francesa espera a ser repartida.
Tréboles, que deseo se conviertan en cuatro hojas para la buena suerte.
Corazones, que como el tuyo sean resistentes al combate.
Diamantes, que como tu mente sean brillantes.
Picas, que como palada espero me empujen hacia adelante.
El juego va avanzando,
Así como el tiempo y la vida se nos van pasando.
Ya he perdido la cuenta de cuántas manos vamos,
Mas no importa si aún quedan fichas que seguir apostando.
¡Escalera real de color!
Parece que la suerte está de mi lado hoy.
Pero por más que sonrío no canto victoria,
La partida aún no ha terminado para llegar a la gloria.
Juego fácil a simple vista,
Mas tiene varios requerimientos.
Si careces de inteligencia, audacia y estrategia,
Ve a por otro entretenimiento.
Full house! Y el bote está recargado,
Ya se ven asientos vacíos,
Y hay que pensar las mejores ofertas,
Asustarlos a todos subiendo la apuesta.
¿Ir o no ir?
¿Igualar o pasar?
Ya sabes las reglas, a no tambalear,
Y todo por la fortuna arriesgar.
¡La carta más alta!
Mas no siempre vencerá.
Es importante especular lo que tendrá el contrincante,
Si quieres llegar a ganar.
Tu usuario y el mío quedan únicamente,
All in! Me la juego totalmente.
El marcador va en cuenta regresiva,
Hasta que igualas y me desafías.
¡Ringgg! ¡Maldita sea!
Mi despertador está sonando.
Nos quedaremos con la duda,
De quién en este juego ha ganado.
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