Vaya maravilla despertar,
Cuando tus piernas en las mías enredadas están.
Y entonces los opuestos:
Tu cuerpo frío y mi calor,
Conforman la temperatura perfecta,
Equilibrio que en el aire se asienta,
De dos almas que se aman en un mismo lugar.
Nada se iguala a desayunarme de tu tierna mirada,
Cuando uno siente que no puede más,
¿Cómo te explico que abrazarte es lo más hermoso que hay?
Que mis huesos se acomodan,
Mis músculos se contraen,
Y mi corazón baila de felicidad.
Cuando hay sinceridad y regocijo en tu pupila,
Y me quieres tal como soy,
Acaricias mis heridas,
Evaporas mis lágrimas,
Me besas con dulzura,
Y el cosquilleo se apodera de mi ser.
Cuando la habitación está a oscuras,
Y es la luz de tu interior la que alumbra,
Me acurruco en tus finos brazos,
Hasta que me sumerjo en tu pecho en un sueño profundo.
¿Quién lo diría? Entre tanta gente perdida...
Tuve la suerte de encontrar el más bonito ángel que imaginarme podría.
hermoso escrito, Victoria, tus palabras están conformadas de bellos pensamientos , imágenes y colores......palabras que brotan de lo más profundo del corazón y del alma
ResponderEliminarMuchas gracias, Les Palmer, y por estar siempre ahí, leyendo y comentando. ¡Que tengas buen día!
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