Vieja costumbre de adolescente,
En las paredes de los bares que iba de paso,
Dejar huellas con versos.
Poemas que escapaban sueltos,
Sin esfuerzo, fluían, hacían eco.
Frases, vivencias que salían del alma,
Entrañadas noches solitarias,
Que resonaban en dolor de cabeza al despertar,
Cuando a la mente querer liberar,
De pensamientos inocuos,
De sentimientos tortuosos,
Del desgaste y el cansancio,
De todo lo cotidiano engorroso,
Para no morir por dentro,
Para sacudir el cuerpo,
Para soltar,
Y hacia adelante mirar,
Para resguardarme en algún consuelo.
"Aquí y ahora",
Es todo lo que tenemos para vivir,
El futuro es incierto,
Y el pasado inmejorable acompañante.
Así que seamos lo que tengamos ganas de ser,
Seamos nosotros mismos,
Sin perjuicios, ni escondrijos,
Sin importar lo que diga un fulano,
Que no está en nuestro zapato.
Vivamos la vida en este segundo,
Que es tan corta como un suspiro,
Y cuando tomas conciencia,
Te suena a pérdida de tiempo.
Así que muévete, sacúdete,
Y pierde la timidez,
Que si simplemente a tu manera eres feliz,
Más vale pasar por loco atrevido,
Que por serio, falso y reprimido.
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