Corro de aquí para allá,
El tiempo es poco y hay mucho por hacer.
Subo al autobús, bajo,
Camino rápido, respiro agitado,
Me subo a otro, me siento.
Todo es barullo, movimiento.
Las vivencias pasan fugaces,
Convertidas en poesía constante.
Es momento de sacar la libreta.
La gente, curiosa observa.
El traqueteo hace que las letras salgan chuecas,
Manos torpes que temblequean,
Paso la yema de los dedos y la tinta se corre.
Guardo todo, versos apurados,
¡Me bajo en la que viene!
No hay otro medio ni momento,
Si la musa visita cuando le place sin pedir permiso.
Más a mi me urge plasmar,
Todo lo que mi mente y mi alma han de guardar.
Publico para la costumbre no abandonar,
Pero les cuento que en mis papeles,
Miles de poesías desconocidas por todos hay,
Imaginen entonces cuánto más adentro mío guardado está.
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